Madrid, año 2037. «De Madrid al Metro», una sencilla frase de la líder de la oposición, a partir del cambio de una palabra en el clásico lema de la ciudad, resume un vuelco importante en la iniciativa política. Este cambio ha servido para que en unos días se recuerden las políticas arboricidas del Ayuntamiento y la Comunidad, el desarrollo de prácticas urbanísticas que ignoran el acuciante cambio climático, las reticencias para optar por una movilidad más sostenible o las escasas inversiones en los barrios populares, en definitiva, según palabras de la líder de la oposición, «el desarrollo de unas políticas que hacen cada vez más hostil la ciudad para sus habitantes, o al menos, para aquellos que no pueden dedicar los fines de semana a jugar al golf».
Todo ello, a partir de que parte de la población haya empezado a emplear las estaciones de metro como refugio climático. Un fenómeno que comenzó hace semanas, con el inicio de la ola de calor, y que cada vez se generaliza más, sobre todo en los barrios periféricos, donde hay familias que ya han optado por pernoctar en las estaciones durante las noches más calurosas. Y todo ello, pese a que los responsables del servicio decidieron, ya hace días, mantener apagado las instalaciones de climatización como herramienta disuasoria.
Con un calor que no cesa, y ante la falta de alternativas de muchas personas para combatirlo, la situación se vuelve cada vez más insostenible, con los trabajadores de metro en huelga, ante las dificultades para desarrollar su trabajo, y con problemas de seguridad con algunos robos, peleas o reyertas en las estaciones. Son ahora estas situaciones sobre las que se fija el foco mediático, dando lugar a un nuevo cambio de tendencia en la iniciativa política. Ante la falta de soluciones concretas para estos problemas por parte de la oposición, desde Ayuntamiento y Comunidad se apuesta por triplicar el número de agentes de seguridad y se amenaza con desalojos masivos. A la vez que se especula por quién maneja en la sombra este movimiento.
Mientras, fuera del foco mediático, algunas informaciones hablan de iniciativas que han ido surgiendo en las distintas estaciones de metro basadas en la construcción colectiva y el apoyo mutuo: redes de intercambio, de cuidados colectivos, comedores populares, opciones de ocio compartido… Iniciativas que se ven reflejadas en una de las pintadas que más se repite, y dice: «Las semillas germinan bajo tierra».
Por Luis Azorín
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